“Mecánica Electrónica”. ¿Y el Software Libre?
En esta ocasión, se tomó como temática, la irrupción de las nuevas tecnologías computacionales en el quehacer de la Arquitectura, y su contraposición a las formas tradicionales de proyectación y representación, en las que estuvo apoyada la disciplina.
De los varios artículos publicados me gustaron particularmente dos, que recomiendo: “Arquitectura y virtualidad. Hacia una nueva condición material” de Antoine Picon. Es un texto que, con una mirada general pero a la vez profunda, presenta al lector los paradigmas que actualmente se discuten al interior de nuestra disciplina, producto de las nuevas posibilidades de “representación” dadas por la computación.
Y recomiendo el artículo sobre el “Pabellón Philips” de Le Corbusier, escrito por Fernando Pérez Oyarzun. Este último texto, es muy interesante, además que relata la historia de este proyecto, de manera sencilla, lo que se agradece en una revista, que para este número, se excede un poco en el lenguaje y retórica de los artículos.
Pero esta entrada no es para comentar lo que se escribió, si no para reflexionar sobre lo que no se escribió y que resultaba atingente mencionar (según una apreciación personal mía).
Y es que, siendo un número dedicado al arquitecto, que cada vez está más compenetrado y dependiente de las nuevas tecnologías computacionales (modelación 3D, virtualidad, etc.), no menciona absolutamente nada, sobre la realidad de que muchas, sino la mayoría de estas herramientas, usadas por estudiantes y profesionales, son de carácter propietario; siendo utilizadas (debido a los costos, y limitantes de los permisos involucrados), sin respetar sus licencias de pago.
Dicho directamente, mucho del quehacer de arquitectos, diseñadores y estudiantes, es con software pirateado, volviéndose un quehacer ilegal.
¿Por que no se menciona nada de esto? ¿Es que no nos damos cuenta cuan ilegales nos hemos vuelto nosotros y la profesión? ¿alguna vez, este oficio fue ejercido tan ilegalmente?
Lo legal y comercial, no es tema para una revista como ARQ (sería más del ámbito gremial). Pero el punto es que, el trasfondo entre la conjunción de “licencias propietarias” e “ilegalidad” es el condicionamiento de “la libertad de uso y la libertad de creación”. Tema que actualmente es muy discutido en todos los círculos políticos y culturales.
Debido al intenso uso ilegal de programas computacionales propietarios ¿están perdiendo los arquitectos, su libertad creativa, sin darse cuenta?
Ciertamente, gracias al débil control ejercido por los propietarios de licencias sobre los usuarios ilegales, no sentimos la perdida o el condicionamiento. Por cuanto, si el control hubiera sido total, ¿en que situación estarían todos aquellos profesionales y estudiantes que utilizan tantas de estas herramientas a la vez?
Tal vez, esta omisión en el temario de la revista ARQ, parece reflejar esa distancia entre lo académico y lo profesional. Aún cuando, los arquitectos, igual que otros profesionales, artistas e intelectuales, hoy se enfrentan a una encrucijada, que no es sólo trabajar con las nuevas posibilidades de “representación”, sino advertir sobre los condicionamientos y limitaciones futuras a nuestra “libertad creativa”. Hablamos de esa libertad que se despliega en cada página de la revista ARQ, en cada artículo que referencia una investigación, en cada imagen que grafica un proyecto.
Sin embargo, el tema parece casi del todo ajeno al ámbito de escuela: por ejemplo, en el sitio “Plataforma Arquitectura”, se habló en una ocasión, de “Arquitectura open source”. Sin embargo, tanto ellos como yo, caímos en una discusión bizantina, muy alejada a esta realidad más atingente al término, creo yo, como es el oficio atrapado en el uso ilegal de software propietario; y el poco interés, en buscar formas de enmendar esta situación.
Ni que decir, de mi comentario en la entrada, que anunciaba este número de la revista, “mecánica - electrónica”. Allí, (un poco destemplado, es verdad) hice un llamado de atención sobre esto mismo que escribo. Nadie, respondió. Nadie comentó (bueno, a lo mejor me confundieron con un troll).
Creo ahora, que una “Arquitectura open source”, puede entenderse como la que solo trabaja con “herramientas libres”. Herramientas que no lo arriesgan a la ilegalidad a uno, que no condicionan nuestra libertad, ni condicionan el acceso al conocimiento de nuestras creaciones (y que por supuesto, no significan volver a técnicas obsoletas, sino avanzar con el uso de herramientas modernas y eficientes).
Ciertamente ese tema falta en las discusiones de los círculos de escuela, así como en los círculos gremiales. Se hecha de menos acciones que manifiesten una preocupación, como las que están llevando adelantes muchas otras comunidades.
Pareciera que los arquitectos están en una cómoda espera, de que otros les provean de buenas y modernas herramientas de trabajo. No veo que aleguen y protesten públicamente sobre la carencia de más software alternativo, económico y eficiente (que poco a poco va apareciendo). O que se planteen promover el desarrollo de aplicaciones propias. A diferencia de muchas otras comunidades, que actualmente llevan adelante un activismo intenso en pro del desarrollo y difusión de, por ejemplo, el Software Libre.
Pienso en algún momento, tiempo atrás, cuando un amigo respondía a mi queja por el alto costo de la licencia del conocido programa Autocad, argumentando que el desarrollo de dicho software justificaba el valor de 3.000 dólares, que costaba en ese entonces. Hoy, en tiempos en que, a través de las licencias de Linux, uno puede descargar, instalar y trabajar con "Sistemas Operativos" completos, sin costo directo para el usuario, dicho argumento parece tambalearse.
El camino del desarrollo de software libre, bajo nuevos tipos de licencias como la licencia GFDL, parece ser una buena opción de activismo, al interior de las escuelas de Diseño y Arquitectura, donde el uso y dependencia hacia las nuevas herramientas computacionales, excede las de muchas otras disciplinas. Es más, se me hace urgente, aún cuando los arquitectos y diseñadores no nos demos cuenta.
¿O serán los ingenieros informáticos, los desarrolladores de programas y las fundaciones sin fines de lucro, los que nos devuelvan la libertad, que hemos perdido?
Actualización 03/10/06:
Debido a una entrada en ConstruTIC que comenta este escrito, de Jordi Ber, creo que se hace necesario aclarar tres puntos que parecen haber quedado un poco confusos y llevan a mal interpretaciones:
1.- Sobre el tema de la relación sobre software propietario y restricción de la libertad.
Bajo ningún aspecto responsabilizo al software propietario y de pago sobre la posible restricción de la libertad creativa. Mi alcance apunta a que (creo yo) nos hemos vuelto increíblemente ilegales sin darnos cuenta, al usar y depender profusamente de herramientas sin los permisos correspondientes (pirateado). Así, la libertad se condiciona o incluso se pierde, por el USO ILEGAL DE SOFTWARE propietario (o software en general). La actividad creativa queda como un "dios con pies de barro", o “con tejado de vidrio", al usar herramientas sin los permisos que la ley establece. Es un quehacer ilegal y por ende con su libertad en riesgo. Esto es muy lógico, pero a la vez increíblemente común en nuestra profesión. No es raro, por ejemplo que trabajos de investigación universitaria sean escritos o diagramados en un procesador de texto pirateado, o con todo el SO Windows pirateado. Cualquier alumno que colabora desde su casa con un trabajo de este tipo, cae sin darse cuenta en esta "ilegalidad". Y por ende arrastra el producto de ese trabajo a esa misma "ilegalidad". Parece exagerado, pero como dije más adelante, no lo sentimos tan grave, pues el control de los propietarios de las licencias, sobre los usos no autorizados de estas herramientas, es relativamente débil.
¿Como se combate esto?
Lógicamente pagando las licencias de las herramientas que usamos.
¿Pero que pasa si las licencias son prohibitivamente caras? No solo para el ejercicio comercial, sino para otros usos, como el de aprendizaje, o el empleo en hobbies.
O ¿qué pasa si tienen cláusulas exageradamente restrictivas en sus licencias?
Pues entonces, debemos escoger software alternativo más económico o que cuyas licencias no restrinjan aspectos fundamentales de la libertad de uso.
Aclaro entonces, “ilegalidad -> perdida de libertad”, (sobre DRM y otras prácticas que se comienza a manifestar la industria hacia los usuarios, no hablaré aquí. En cambio, invito a leer los artículos, de uno de mis blogs favoritos: El Blog de Enrique Dans).
2.- Sobre el software libre y el software gratuito.
Es necesario aclarar (para quienes no saben) que software libre no es lo mismo que software gratuito. Y este escrito habla de software libre (haz clic en los enlaces y llegaras a su definición en la wikipedia). Ejemplifico con este software, por que los permisos y formato en que está planteado (código abierto), permite reforzar mi libertad de uso, adaptación y producción de obras (recordemos que antaño, muy pocas herramientas incluían cláusulas y restricciones de uso. Hoy con las nuevas tecnologías, el panorama es muy distinto). No pretendo divinizar al software libre y negar el software propietario. Solo decir que en el software libre, hay muchos ejemplos de que tan poderoso y completo puede llegar a ser, sin involucrar altos costos directos o limitaciones en su uso.
3.- Sobre Arquitectura Open Source.
La definición que doy, no es única, ni excluyente. Sobre todo, cuando se trata de términos que no vienen de la Arquitectura y carecen de definición al interior de este oficio. Son conceptos externos. Este ejemplo, publicado en Plataforma Arquitectura, es un intento muy interesante de hacer participar a la disciplina, de un movimiento social actual. Sin embargo, creo que hay problemáticas más próximas (como nuestra condición de ilegales) en la que podríamos aplicar con más sentido este término.
Ver más sobre mi opinión de esta definición en ¿Arquitectura Open Source?
Etiquetas: arquitectura, publicaciones, software
1 Comentarios:
Andrés, gracias por el enlace al monográfico de ARQ.
Por otro lado decirte que no estoy de acuerdo contigo en un par de puntos que defiendes aquí. Para mí el software propitario no restringe la libertad. Y creo que te confundes con el concepto de "softare libre" :) Me explico con más profundidad en mi blog ConstruTIC http://www.construtic.com/index.php?id=P411 porque aquí no tenía espacio.
Felicidades por tu blog, uno de los mejores.
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