Bienal de Arquitectura 2006
Ayer se inauguró la XV Bienal de Arquitectura 2006, en el Centro Cultural Palacio la Moneda. Se trata del evento que puede tomarse como una instantánea del quehacer arquitectónico nacional. Es la primera vez que se realiza en este lugar. Por lo general, lo tradicional es que se desarrollara en el Centro Cultural Estación Mapocho.
Hay grandes diferencias entre ambos lugares. Sobre todo de espacio. Más pequeño y cerrado, el CCPLM deja el espacio del hall para la exposición de las escuelas. La Muestra, con la selección de obras nacionales, se remite a uno de los salones contiguos. El otro, es ocupado como espacio para las conferencias. En los corredores de los costados, se exponen láminas con fotos dedicadas al tema de obras patrimoniales y obras institucionales.
Muy decepcionante he encontrado el montaje de esta bienal. A diferencia de las anteriores, que se la jugaban con un gran despliegue de ambientación, en esta ocasión, todo se remite a pequeñas mesas negras que muestran maquetas aun mas pequeñas, con los proyectos de las escuelas. El resto son láminas colgantes con imágenes de las obras, y diaporamas proyectados en los muros de los salones. Muy por debajo de lo que en otras ocasiones se ha elaborado para dar lugar a la muestras (como el muy recordado montaje de containers de la XII bienal).
Lo primero que ve el visitante, es una gran nube de postales con dibujos que cuelgan. El efecto es bonito.
Sin embargo, al llegar a las mesas con la muestra de las escuelas, la desilusión embarga. Pequeñas maquetas, de papel blanco y acrílico, sin láminas explicativas. En muchos casos los pequeños modelos no alcanzaban a mostrar con facilidad la forma o características del proyecto. El cuidado en la factura del trabajo del papel y el acrílico, muestran a la maquetas como pequeñas joyas, micro juguetes, miniaturas pulcras, pero insípidas. Mudas e iguales. En lugar de láminas, unas placas de acrílico reflejan la proyección de un “data” con una presentación multimedia de los fundamentos del proyecto. Muy efectista, pero poco práctico. La resolución es mala y en muchos casos no es posible leer nada. Además, el ritmo de contemplación es dado por el video. Uno siempre llega a destiempo de iniciada la presentación y debe tragarse minutos de imágenes que no alcanzan a cobrar sentido. Como si fuera poco, al final de cada presentación salen los créditos publicitando a los patrocinadores y auspiciadores de la bienal. Muy mal...
¿Como se pretende proyectar una imagen de escuela con una minúscula maqueta, casi igual entre todas y mal rotuladas? En otras ocasiones, la muestra de cada escuela disponía de un espacio que era ambientado por los estudiantes. Profusión de láminas, planos, escritos y hasta multimedia, si se quería, transmitían no solo el proyecto, sino también el estilo de trabajo de cada escuela. Pero con el tiempo, tengo la impresión que se les va poniendo condiciones minimalistas a las presentaciones, lo que termina por desperfilar a los autores. ¿A caso todas las escuelas son iguales?
En todo caso, un interesante ejemplo: una increíble maqueta de acero, ensamblada y plegada a partir de una matriz troquelada, (el proyecto pertenecía a la Escuela de la Universidad Andrés Bello). Nunca había visto una así. La dirección de la factoría, que aparece en la base, es www.sinsay.cl
El Premio de este año recayó en el destacado arquitecto Germán del Sol (y que tiene un blog). Sus trabajos se expusieron en un diaporama que puede verse en el video.
Sobre la muestra nacional. Todos los proyectos eran finos, elegantes e interesantes. Pero el que más me llamó la atención, fue el “Edificio Acceso Parque Metropolitano”, de Antonio Polidura y Pablo Talhouk. Me gustó por lo diferente en el trabajo de los revestimientos (comparado con el resto de los proyectos). Además, del muy logrado juego gravitacional de los volúmenes, (aunque el cartel de la fachada desentona bastante).
En fin. En resumidas cuentas, la bienal resultó, para mi, ser una de las muestras más pobres y deslavadas que he visto. Espero que las conferencias programadas para esta semana, puedan darle la densidad y complejidad que le falta. Y que otras veces ha tenido.
Etiquetas: arquitectura, eventos
7 Comentarios:
Felicitaciones por tu blog.
Al grano. Este año, la organización de la bienal ha dejado mucho que desear respecto de años anteriores.
Respecto a la muestra universitaria, crónica de una muerte anunciada. Desde un principio sabíamos que el hecho de presentar un video iba a ser un problema, ya que para comprender un proyecto de arquitectura es necesario apreciar tanto las láminas de fundamento como la planimetría, además, estudiamos arquitectura, no cine.
Las bases de la entrega también eran restrictivas respecto a las maquetas, ya que se exigían ser de color blanco, tanto la propuesta como el contexto. Mas encima, el tamaño máximo era de 1.20 x 0.6 m, y como (se supone) se trataba de proyectos urbanos, la escala se veia demasiado reducida.
Por otro lado, genial la maqueta de la Andrés Bello.
¿Por qué aplastar y restringir a los más entusiastas y apasionados?
A mi me gustaría pensar la Bienal como una fiesta de la Arquitectura. Y los más jóvenes deberían ser los protagonistas.
La bienal debería ser también la fiesta de las Escuelas.
¿CUANTO LE COSTO LA GRACIA DE MAQUETA A LA ANDRES BELLO?..y de mal gusto..mejor me compro una pista de autitos hotwells...
Saludos Andrés.
Es interesante ver el efecto que provoca la bienal de nuestro gremio en le ambiente, notas de diarios revistas y prensa en general, foros de discusión de escuelas en la net etc.
Me parece que lamentablemente es una instantánea bastante fiel a nuestro estado gremial actual, me explico:
He acuñado con los breves años de ejercicio que acumulo, que la definición de seres UTOPICOS es la que mejor nos define como arquitectos Chilenos, absortos por decirlo de otro modo, ese sentimiento de aislamiento e incomprensión, el estado de critica general que ronda en nuestras mentes hacia el trabajo del los colegas, ese sentimiento idílico de mantenernos como el “medico de cabecera” y esa culpabilidad o resignación de trabajar en la realidad del mercado cuando nos toca. Esa realidad exenta de la revista especializada que es el sustento real para los arquitectos que debemos comer de nuestra profesión, es una suerte de “querida” con las que salimos pero tratamos de no entablar una relación muy estable en pos de mantener nuestras convicciones mas profundas heredadas de los años de estudio.
Si nos fijamos ese es el estado que muestra nuestra bienal. Al centro la madre de nuestras utopías, el quehacer universitario, que en Chile se mantiene salvo escasas ocasiones, en el ámbito de lo IRREAL alejado de cuanta normativas legal y procedimiento real existe en le mercado, orgulloso de mantenerse en la propuesta incomprendida por el resto de los profesionales no arquitectos, de aquellos que no saben o no comprenden, eso orgullosos le decimos a nuestros alumnos, lo deberán sufrir en la realidad, ahora sean libres y creen.
Relegados a un costado las obras CONSTRUIDAS de nuestros pares que en conjunto consideramos como las más relevantes, lamentablemente salvo algunas excepciones más de lo que estamos acostumbrados, obras de altísimo costo para el 5% de la población chilena que concentra la mayor cantidad de riquezas, bellezas arquitectónicas, que en muy pocos casos representan el quehacer habitual de las oficinas que las muestran, es decir el encargo que llega cada 3, 5 o 10 años, de los cuales obviamente los profesionales que las presentan no han vivido y comido dicho periodo de tiempo, Se habrán preguntado los estudiantes de arquitectura que lapidariamente lanzan criticas irónicas y descarnadas en la Web, ¿de que vivieron todo ese periodo de tiempo dichos colegas?, ¿con que pagarnos los colegios de sus hijos, arriendos, bencina etc? ¿Acaso también debieron salir con la Querida como todos?
A otro Costado la lucida carrera de nuestro premio Nacional, pero que debemos reconocer representa este tipo de encargo que acabo de describir, aclaremos si que una cosa es recibir ese tipo de encargo ocasionalmente y otra es resolverlo con la magistralidad que lo hace German del sol en cada ocasión.
Tras las bambalinas queda entonces el quehacer REAL de los arquitectos de Chile, Ese que la realidad nos impone todos el 90% del tiempo que pasa entre las obras que decidimos tienen el merito de ser enviadas a la bienal y las que no. Ese lo encontramos cuando salimos de la exposición y caminamos por las calles de nuestras ciudades, en donde muy rara vez nos topamos con las obras que premiamos.
ESE ES EL ESTADO ACTUAL DEL EJERCICIO DE LA PROFESION, el otro es solo la fiesta de el oficio, el regalo que nos damos cada dos años para sobrellevar los próximos dos años de realidad saliendo con la querida.
Que sentido y deprimido tu comentario. Algunos dirán que mucho de exagerado tiene. Pero en tú defensa se puede decir que mucho de verdad tiene también (puedo corroborarlo). Lo que es claro, es que, estos son tiempos distintos para los arquitectos, a los de antaño. Algunos logran la fama, otros (muy pocos...) la gloria. Y la gran mayoría... solo el pan de cada día.
La muestra me resulta ridículamente estirada. Se trata de aparentar elegancia pero se subyace pobreza. ¡Que triste la muestra del concurso de la madera! ¡Era unas tablas con afiches, al borde del pasillo!
No había entusiasmo en la muestra... no había suficiente corazón. Solo cumplir con el encargo. Yo digo, si vamos a armar una fiesta... que sea un carnaval.
No voy a darte toda la razón, de tu comentario. Más, porque generalmente estoy de buen ánimo y no me gusta ser tan negativo.
jajaja, tienes razón, hay dias en que vemos tan solo el vaso medio vacío.
Puede ser que la ventaja que aún nos brinda el oficio es poder volver a intentarlo una y otra vez, un nuevo proyecto trae siempre consigo el regalo de pensar que es posible conseguir la gloria mas alla de la fama como dices.
Como dice Germán del Sol,
"Creo que es mejor proponer que esperar,tener paciencia que empujar,
y ser heroico para no aceptar,
cualquiera oferta por necesidad."
Aunqu esto no nos sea siempre posible
saludos y continua con tu blog.
a más de 800 kms, en Valdivia, la bienal aparece aún más desdibujada las realidades personal y del entorno apagan la posible urgencia de la Bienal. la fiesta además es una fiesta cuya invitación no llega, a lo más uno puede autoinvitarse, el CA de acá en ése sentido no convoca ni se ve, me temo que la bienal es un invento de unos pocos para otros pocos, y en Santiago.
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