Lean este excelente artículo de Plataforma urbana sobre tres mega obras del Cristianismo, Islamismo y Judaísmo en la ciudad de Coquimbo. Nos dirán que se trata de muestras de fe, pero más parece una carrera de poderes.
La Jerusalén chilena en Plataforma Urbana.
Etiquetas: arquitectura
Publicado por Andrés Moya @ 6:23 p. m. Enlace
2 comentarios
Estudios de Arquitectura en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (1996). Magíster en la Pontificia Universidad Católica de Santiago (2000). Hasta 2004 Profesor Instructor curso Introducción a la Arquitectura. rmoya@puc.cl
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Agradezco la atención prestada a este Blog. Si tienes alguna consulta, envíame un e-mail a rmoya@puc.cl
2 Comentarios:
No hay lucha de poderes, las obras las hace la municipalidad.... sería mejor informarse antes de opinar
Tal vez lo parco de mi comentario induce a una mala interpretación. Tal como relata el artículo de Valenzuela Levi, las tres obras están gestionadas y patrocinadas por la municipalidad de Coquimbo (financiadas desde diferentes fuentes aparentemente). Pero mi comentario apunta a otra cosa: si se le pregunta a los gestores por el sentido de las obras que se están construyendo, ellos referirán en primera instancia a un motivo religioso (el homenaje a la fe de la comunidad valida la construcción de la obras) y en segundo termino uno económico (constituir atractivos turísticos). Pero tal como deja traslucir la crítica de Levi, la realidad histórica es que las religiones más que conviven, compiten. Luego la tradición tipológica de construir obras altas es reflejo de esa competencia. De esa lucha de poder. Esto llegaba al extremo en que cuando una ciudad caía en manos del control de otro poder religioso, sus templos eran "remodelados" para servir a la nueva fe dominante (y este cambio podía ser sucesivo). Esto lo desconoce la municipalidad. Pero va y adopta este recurso de los "hitos torre" pretendiendo constituir con el una suerte de "ordenamiento urbano". Pero su herencia es otra. Es nacida de esa competencia religiosa de antaño. Por eso digo yo que "mas parece una carrera de poder".
Interesante es preguntarse por los fondos para estas obras y la relación para con la comunidad local. Puesto que tal como lo dice el artículo de Valenzuela Levi, por ejemplo, parte de los recursos para la obra Centro Cultural Islámico Mohamed VI son donados justamente por un Rey que vive en Marruecos. ¿Eso hace más o menos representativa la obra de la comunidad Islámica de Coquimbo? ¿No es más representativo del Poder económico de ese Rey que puede financiar obras y darles su nombre aun al otro lado del mundo?
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